
Abuso del Plástico, Otro Efecto Colateral de la Pandemia
Este material se ha convertido en un producto imprescindible para los equipos de protección individual en la emergencia sanitaria. Sin embargo, tapabocas, guantes y toallitas desinfectantes ya han llegado a varias playas del mundo, por la desinformación sobre la manera correcta de desecharlos.
Cuando Diana Bermúdez se enteró que tenía coronavirus se encerró en su habitación. Dejó del otro lado de la puerta a sus dos hijas de uno y cinco años, a su esposo y a su mamá, una señora de la tercera edad. Durante casi un mes barrió y trapeó su habitación a diario, lavó los platos en el baño del cuarto y se encargó de desechar meticulosamente cada papel higiénico o tapabocas usado. La basura que fue acumulando, por órdenes de la administración del conjunto no podía llevarse al shut para evitar contagiar a otros vecinos. “Estuve durante 10 días con mi basura en el balcón hasta que una empresa de aseo en Bogotá me explicó cómo deshacerme de los residuos”, cuenta.
Como Diana, cientos de personas en el mundo desconocen los procedimientos correctos para eliminar la basura que dejan los días de pandemia. Si se tiran a la calle los guantes y las mascarillas pueden terminar en alcantarillas y luego en el mar. Y una vez que entran en el agua representan una amenaza para la vida marina. De hecho, varios estudios han logrado corroborar que el plástico se llena de algas y bacterias cuando lleva el suficiente tiempo debajo del agua y así representa peligro para las tortugas, pues lo confunden con alimento. En Hong Kong, por ejemplo, 70 tapabocas fueron encontrados en un tramo de menos de 100 metros por el grupo de conservacionistas OceansAsia, en una playa de la isla Soko.
Fuente: www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente